Italia también pretende frenar al coche eléctrico chino con un sistema de incentivos parecido al francés

Italia también pretende frenar al coche eléctrico chino con un sistema de incentivos parecido al francés

Las autoridades italianas parecen mimetizarse con las francesas a la hora limitrar la invasión china de coches eléctricos baratos, y lo harán a través de diversas ayudas a la producción local y la penalización de la producción que no ofrezca determinadas garantías medioambientales.

 

De esta manera, Italia baraja la posibilidad de "copiar" las ideas del gobierno francés, que pasan por implementar estímulos a la compra de vehículos que consideren las emisiones de carbono en todas las etapas de su proceso de fabricación y distribución. Esta sería luna manera de limitar la masiva llegada de modelos de coches eléctricos orientales, ante la imposibilidad de competir con el precio.

El esquema que están considerando implementar en Italia está claramente ispirado en una iniciativa recientemente adoptada en Francia, que pasa por desincentivar la compra de coches eléctricos fabricados en China, cuyas importaciones están ganando terreno en Europa gracias a sus precios más competitivos que el de fabricantes locales.

El gobierno italiano parece ver el ejemplo galo como una referencia sensata y asumible, de forma que está evaluando la posibilidad de adoptar medidas similares.

A diferencia de los incentivos convencionales que se centran en las emisiones de los vehículos, las reglas propuestas en Francia se basan en evaluar parámetros como la cantidad de energía utilizada en la fabricación de sus componentes, el ensamblaje y transporte al mercado, o el tipo de batería que incorporan.

A pesar de que las normas de competencia de la Unión Europea prohíben favorecer a los fabricantes locales, los criterios planteados en Francia podrían excluir a los automóviles chinos de recibir incentivos. En busca del marco legal para evitar el auge del coche chino desde Francia adfirman que los criterios adoptados cumplen con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ya que se permiten excepciones por razones de salud y medio ambiente.

Por su parte, el gobierno italiano busca establecer un plan a largo plazo para impulsar su industria automovilística en colaboración con todos los grupos locales relevantes, incluido Stellantis, el principal fabricante de automóvilesdel país.

Así las cosas, el gobierno está presionando para que la producción anual de vehículos en el país alcance la cifra de un millón de vehículos. En este sentido, el ministro de Industria, Adolfo Urso, ha explicado que aproximadamente el 80 % de los incentivos otorgados a los italianos se destinaron a la compra de vehículos producidos en el extranjero, por lo que es necesaria una revisión del marco de incentivos debería respaldar tanto la transición hacia vehículos más respetuosos con el medio ambiente como impulso de la producción nacional de automóviles en Italia.

Los que no se han pronunciado aún en esta materia son los representantes del gobierno español, uno de los mayores fabricantes de coches de toda Europa, donde la transición a la movilidad eléctrica va mucho más despacio que en la mayoría de países de su entorno.

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