Europa, en la encrucijada de decidir si rebaja el impulso al coche eléctrico para 2035

Europa, en la encrucijada de decidir si rebaja el impulso al coche eléctrico para 2035

Mientras el Ministerio de Industria cerraba el pasado viernes la recepción de candidaturas para el Perte del vehículo eléctrico, en el Parlamento Europeo se mantiene abierta una dura negociación que marcará en gran medida el futuro de este sector hasta 2035.

 

Según la propuesta de la Comisión Europea, los fabricantes de automóviles deberán reducir en un 55 % las emisiones de CO2 nocivas para el medio ambiente de sus automóviles nuevos a partir de 2030 (50 % para las furgonetas), antes de hacerlos completamente libres de emisiones a partir de 2035.

Así las cosas, el próximo miércoles el Parlamento Europeo afrontará al mediodía la votación de dos enmiendas clave en la propuesta de la Comisión Europea que podrían suponer una ralentización del ritmo de entrada de la movilidad eléctrica.

Por un lado, se propone para votación rebajar el objetivo inicial de la Comisión Europea de eliminar al 100 % las emisiones de los vehículos ligeros (coches y furgonetas) para dejarlo en un 90 % en 2035, así como facilitar el uso de los llamados e-fuels (combustibles sintéticos) mediante un sistema de créditos que permitiría a los fabricantes cumplir sus objetivos de CO2 con la compra de créditos a la industria petrolera o del gas.

Los recuentos que realizan grupos como Transport & Environment muestran que la situación está ahora mismo muy igualada, y aseguran que apenas hay tres votos de diferencia que además se van moviendo en las últimas horas.

De esta manera, las enmiendas propuestas por los ponentes Jan Huitema (Renovar Europa) y Sara Cerdas (S&D) para ampliar los objetivos de reducción de CO2 para 2025 (a un 25 % para coches y un 20 % para furgonetas) y para 2030 (a un 75 % para coches y un 70 % para furgonetas), además de establecer un objetivo intermedio adicional para 2027 (del45 % para coches y un 40 % para furgonetas) parecen ahora muy alejadas por la presión de los grupos conservadores de la cámara.

La entrada en vigor de la normativa europea en materia de emisiones de CO2 de coches de 2020/21 permitió acelerar la entrada de los vehículos eléctricos en el mercado de masas a una velocidad mucho mayor de la esperada, llegando a contabilizar el 18 % de las nuevas ventas el año pasado, según los datos de Transport & Environment.

Según la previsión de este organismo, la compra de vehículos eléctricos será más económica que la de sus equivalentes de gasolina en 2026, a pesar de que el alto coste de los componentes metálicos de las baterías ralentice esta tendencia durante unos años, sin llegar a cambiarla.

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