Los principales analistas del mercado coinciden en que el coche eléctrico ha llegado para quedarse, y a pesar de que 2024 parece que no será un año especialmente fructífero, su evolución en los próximos ejercicios será imparable., hasta el punto de que, según algunos estudios, alcanzará el 60 % de las ventas de vehículos en Europa en 2030.
En cualquier caso, para conseguir este reto, hará falta el lanzamiento de más modelos de precios accesibles, según destaca el último informe del banco suizo UBS, que indicaba que en 2030 las ventas de coches eléctricos en Europa llegaría a las 9.6 millones de unidades, una cifra que supondrá multiplicar por cinco las logradas el pasado año, cuando se matricularon 2.1 millones de coches en el mercado continental.
Por su parte, el banco de inversiones HSBC ha publicado otro estudio propio donde se estimaban que las matriculaciones de coches eléctricos en Europa llegarán a las 9.4 millones de unidades para 2030, lo que supondrá hacerse con el 60 % de cuota de mercado; y para conseguirlo, los analistas indican que será necesario una mejora de factores como las redes de carga y las autonomías.
Un factor que ha evolucionado de forma significativa en los últimos años, es la autonomía media de los coches eléctricos, que en el mercado europeo ha pasado de los 200 a los 430 kilómetros entre 2015 y 2023. Se trata de una cifra que volverá a crecer con la nueva generación, que parece que llegará con autonomías homologadas de unos 700 km.
Además, será fundamental contar en el mercado con verdaderos coches eléctricos asequibles., siendo numerosos los fabricantes que están ultimando el lanzamiento de lo que en el sector se denominan «modelos asequibles», es decir, propuestas de entre 23.000 y 25.000 euros, como el Citroen e-C3 o el Renault 5, que para muchos no deberían ser calificadas con ese apelativo.
Así las cosas, para el HSBC, sería clave añadir una oferta base con precios de unos 10.000 o 15.000 euros, para lograr la popularización del coche eléctrico y que este dispare sus ventas en los próximos años.
La conclusión es que los principales retos a superar por el coche eléctrico están siendo solucionados de forma paulatina. Es el caso de la autonomía, de las redes de carga, y también del precio, que parece que seguirá bajando en los próximos ejercicios, empujados principalmente por la gran sobreproducción de baterías que está teniendo China, que obligará a ampliar su presencia en el mercado internacional, y que redundará en más competencia, y mejores costes.
Se trata de unas estimaciones que nos indican que para 2035, las ventas de coches con motor de combustión serán minoritarias en Europa, lo que supondrá que la prohibición de ventas para esa fase sea simplemente una herramienta motivadora y publicitaria, sin apenas efectos reales en el mercado.