La batería, el gran problema a la hora de comprar un coche eléctrico de segunda mano

La batería, el gran problema a la hora de comprar un coche eléctrico de segunda mano

Los defectos de fabricación, el comportamiento al volante, los patrones de carga y las condiciones meteorológicas pueden afectar significativamente a la salud de las baterías, con lo que convierte a este elemento fundamental en los coches eléctricos en uno de los principales problemas a la hora de apostar por la compra de uno de estos vehículos de cero emisiones de segunda mano.

 

El coche eléctrico se está haciendo un hueco en el mercado español, pero su elevado precio respecto a modelos equivalentes de combustión está haciendo que no pocos potenciales compradores se adentren a explorar el mercado de segunda mano.

Con todo, según datos de las patronales de la automoción, Ganvam y Faconauto, las operaciones con turismos eléctricos puros de segunda mano se han situado en el primer trimestre de este año en 2.611 unidades vendidas, lo que supone tan solo el 0,6 % del mercado total; mientras que las ventas de híbridos enchufables/gasolina de ocasión subieron en lo que va de año hasta uun 34,1 %, hasta alcanzar las 3.626 unidades.

Según cuenta un reportaje publicado en el diario ABC, un coche eléctrico de segunda mano con 3 años puede costar alrededor de la mitas que uno nuevo, pero comprar uno de estos coches eléctricos usados cuenta con algunos riesgos derivados fundamentalmente del tipo de uso que se le haya dado al vehículo, y de la dificultad de comprobar su estado.

Así las cosas, los defectos de fabricación, el comportamiento al volante, los patrones de carga y las condiciones meteorológicas pueden afectar significativamente a la salud de la batería de un vehículo eléctrico o electrificado con el paso del tiempo.

Por ejemplo, descargar la batería completamente y cargarlos de nuevo al 100 % puede llegar a degradar las baterías más rápidamente; y también puede ocurrir esto si las pilas se someten con frecuencia a los voltajes más altos de los cargadores ultrarrápidos.

Según explican desde Faconauto "sin forma de distinguir las baterías sanas de las deterioradas, los compradores se ven obligados a suponer lo peor, un factor que hace bajar los precios de los vehículos eléctricos de ocasión", por lo que desde esta organización defienden que hoy en día, "la batería de un vehículo eléctrico usado es una especie de caja negra de la que quedan numerosas incógnitas por resolver".

Esta situación no solo afecta a los compradores, sino que las empresas de alquiler de coches o los operadores de vehículos comerciales se ven también perjudicados ante el desconocimiento del valor residual del vehículo, motivo por el que consideran que "un mercado sano y lucrativo para los vehículos eléctricos usados depende de poder determinar lo que ocurre dentro de esas cajas negras".

A día de hoy existen diferentes compañías encargadas de recopilar datos sobre las baterías de los vehículos eléctricos, para lo que tienen en cuenta aspectos como la capacidad, el estado, los eventos de carga y otra información de diagnóstico relevante. Sin embargo, hay datos más detallados a los que es muy difícil acceder, a menos que se haga un seguimiento exhaustivo de los conductores.

En este sentido, los datos estadísticos son útiles, pero poco eficaces en general, ya que, por ejemplo, no son capaces de detectar las baterías con defectos de fabricación.

Así las cosas, los expertos destacan en la importancia de que se lleven a cabo evaluaciones más precisas del estado de la salud y de seguridad de las baterías, con el objetivo de anticiparse en el diagnóstico, algo que podría ayudar a los fabricantes a estructurar las garantías y a planificar cuántas baterías de sustitución tendrán que fabricar.

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