Lanzan la Asociación para el Litio Responsable con el objetivo de que el coche eléctrico sea realmente ecológico

Lanzan la Asociación para el Litio Responsable con el objetivo de que el coche eléctrico sea realmente ecológico

Varios fabricantes de coches han puesto en marcha la Asociación para el Litio Responsable extraído del Salar de Atacama, en Chile, ante la fragilidad de su ecosistema.

 

Financiada en sus inicios por el Grupo Volkswagen, BASF y Daimler, ahora se acaba de unir al club el Grupo BMW, y su objetivo, que durará dos años y medio, no es promover el abastecimiento de litio ni la compra o venta de materias primas minerales, sino que se centra en trabajar por una gestión responsable de los recursos naturales, incluido el litio, en este importante enclave, hogar del flamenco andino.

Así las cosas, el Grupo BMW ha encargado un estudio a la Universidad de Alaska Anchorage y a la Universidad de Massachusetts Amherst sobre los efectos de la minería del litio en los balances hídricos locales de América Latina, con la pretensión de alcanzar una mejor comprensión científica de las interdependencias entre el agua dulce y las capas de salmuera de litio, evaluar diversas tecnologías y adquirir los conocimientos necesarios para evaluar la minería del litio sostenible.

Con tanta demanda de litio para las baterías de coches eléctricos, estamos a las puertas de un nuevo problema de contaminación, motivo por el que esta organización pretende fomentar el diálogo entre las partes interesadas locales, como lo son las comunidades indígenas afectadas por la actividad de la industria de las baterías.

El Salar de Atacama, al igual que su contraparte en Bolivia, el Salar de Uyuni, forman parte del denominado triángulo del litio, pero su frágil ecosistema se está viendo amenazado por la extracción de la salmuera.

Entre los riesgos asociados a la extracción del también llamado oro blanco, se encuentra los desplazamientos del agua y de la capa freática, que podrían perjudicar a los ecosistemas y afectar a los medios de vida locales.

Así las cosas, hasta que las baterías de los coches eléctricos no sean éticas, no podrán considerarse ecológicos, ni mucho menos respetuosos con el medio ambiente.

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