La invasión rusa a Ucrania amenaza también al coche eléctrico

La invasión rusa a Ucrania amenaza también al coche eléctrico

Las sanciones internacionales a Rusia provocadas por la invasión de Ucrania afectan seriamente a la industria de fabricación de baterías para coches eléctricos, de manera que los fabricantes tendrán que subir los precios, afectando el futuro del coche eléctrico y la producción de CO₂.

 

La invasión rusa de Ucrania amenaza también la producción de las baterías para coches eléctricos y su futuro, engrosando así la larga lista de graves efectos humanitarios y económicos que el imperialismo de Vladímir Putin ha infligido a todo el planeta, ya que en estos momentos, una compañía rusa es la responsable del 20 % de la producción mundial de níquel de gran pureza clase 1, un material fundamental para la fabricación de baterías de coches eléctricos.

Sin níquel de esta clase, no hay coche eléctrico, y en consecuencia, las represalias occidentales impuestas al país invasor, han disparado su precio en los mercados internacionales, con un incremento de más del 30 % solo en el día de ayer, lo que representa un nuevo récord sin precedentes.

Rusia es además el segundo productor mundial de aluminio detrás de China, lo que también ha elevado radicalmente el precio de este metal que, como el níquel, el litio o el cobalto, es fundamental en la producción de baterías y otros componentes electrónicos.

A todo esto se le une el gran incremento sostenido del precio del litio, un metal muy escaso del que solo quedan reservas hasta 2040, y cuyo aumento de precio no viene directamente de la guerra de Ucrania, sino del drástico aumento de la demanda causada por la explosión de la producción de los coches eléctricos de baterías.

Así las cosas, el aumento de los precios del níquel y el aluminio provocado por la in vasión rusa a Ucrania, vendrá a añadir aún más presión sobre estos precios que están fuera del alcance de la mayoría de personas, motivando una ralentización o estancamiento del mercado, lo que a su vez afectará a los objetivos de reducción de CO₂ de Occidente y China.

Según un estudio en 2021 de los analistas de OC&C Global Speedometer, solo un aumento de 500 dólares en el precio final haría que más la mitad de conductores no compren un vehículo eléctrico, y aunque obviamente esta guerra también está afectando al precio de la gasolina y el diésel, la gran sensibilidad a los precios de las materias primas del coche eléctrico supone una nueva prueba de que estos podrían no ser la solución para las necesidades actuales de transporte limpio, barato y eficiente.

Pero tampoco hacía falta una guerra para comprender esto, ya que solo el litio representa un problema inabarcable e imposible de solucionar, por la sensible razón de que no hay más litio en el mundo, que cuenta con unas reservas estimadas de unos 73 millones de toneladas, lo que supone un problema, teniendo en cuenta que los expertos sugieren que necesitaremos 20 veces el nivel de producción actual en los próximos 10 años.

Así las cosas, aún optimizando al 100 % el reciclaje de las baterías actuales, los expertos ponen la fecha de caducidad del litio en 2100, motivo por el que sutge la necesidad de diseñar nuevos tipos de baterías, vehículos de hidrógeno verde, coches de combustión más eficientes y limpios que los actuales, o una combinación de todo.

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