El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene previsto viajar a Pekín para reunirse con el presidente de China, Xi Jinping, tras una invitación que se produjo después de que el líder del país asiático se reuniese con Vladimir Putin en Moscú. Se trata de una reunión en la que se abordarán algunos asutnos económicos, y más en concreto los relacionados con el turismo, la cooperación tecnológica y el coche eléctrico.

Aunque según la Asociación Nacional de Automóviles y Camiones (Anfac), España es el segundo país de Europa que más coches produce, y en 2022 ensambló 2,2 millones de unidades, en la carrera por el coche eléctrico, nuestro país no va tan adelantado, y los datos de importaciones de esta patronal revelan que entre 2021 y 2022 la importación de vehículos desde China a España tuvo un crecimiento del 1905 %, sumando más de 1.399 millones de euros, frente a los 68 del año anterior.

Este incremento de las importaciones ha hecho que el mercado chino ya represente el 7,3 % de las compras internacionales del nuestroparque móvil, mientras que España va muy atrás en la carrera por producir baterías para automóviles eléctricos, ya que nuestro país se sitúa en el séptimo lugar de Europa en producción de baterías para vehículos eléctricos.

A pesar de que la presidencia española para la Unión Europea del próximo semestre está enfocada en la autonomía estratégica, es decir, depender menos de la fabricación en China y localizar la producción de ciertos bienes en el Viejo Continente, en el caso del futuro eléctrico, el país asiático está muy bien situado y controla la mayoría de elementos que rodean a la electrificación de los vehículos. En concreto, controla el 60 % de las extracciones de litio, casi el 80 % de la fabricación de las células de las baterías y el 60 % de la fabricación de componentes.

Esto es así, hasta el punto de que un estudio de BBVA research, recoge que las importaciones de bienes que más crecieron en 2022 con respecto a 2019 son las relacionadas con el sector del automóvil, que concretamente aumentaron un 283 %.

Por todao esto, y a pesar de que Europa está apostando por la autonomía estratégica, no se pueden descuidar las relaciones con el gigante asiático, de manera que, además de la reunión prevista con su homólogo chino, Pedro Sánchez va a mantener encuentros tanto con empresarios locales que quieren invertir en España, como con compañías españolas que ya están afincadas en el país asiático.

Ya en el anterior encuentro que Sánchez tuvo con Xi, durante la cumbre del G20 celebrada en Bali, el dirigente chino hizo toda una declaración de intenciones, asegurando que están encantados de abrir las puertas del mercado chino a empresas y productos españoles, pero que esperaban el mismo trato por parte de España.