Denuncian que las inversiones para el coche eléctrico dependen de cuatro ministerios, lo que dilata la burocracia

Denuncian que las inversiones para el coche eléctrico dependen de cuatro ministerios, lo que dilata la burocracia

Los responsables de las empresas fabricantes de automoción han denunciado que tienen que hacer gestiones con los ministerios de Industria, Transportes, Asuntos Económicos y Transición Energética a la hora de gestionar los proyectos para impulsar la movilidad eléctrica, lo que significa contar con muchas posibliddaes de que se “dilaten procesos”, provocando que todo se desarrolle más lentamente.

 

El ministerio que tiene más potestad en los primeros pasos de la cadena es el de Reyes Maroto, en cuyas manos están los millones prometidos en subvenciones y prestamos al cero por ciento para transformar la industria como tal y pasar a fabricar coches eléctricos en España. Tras el fiasco del primer Perte, que asignó apenas el 30 % del presupuesto, parece ser que las negociaciones están ahora encarriladas, y la ministra ha confirmado que mantiene conversaciones con Bruselas para ampliar los plazos y que las inversiones puedan finalizar en 2028, la fecha reclamada por Anfac y que permitiría agrupar a todo el sector.

El siguiente paso, dedicado a impulsar un parque eléctrico, depende de Transición Energética, donde las ayudas públicas para subvencionar la compra de coches eléctricos y la instalación de puntos de recarga tanto a particulares como a empresas dependen del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), un organismo perteneciente al ministerio de Teresa Ribera, que gestiona los 400 millones de euros del Moves III y se ha encargado de las antiguas convocatorias.

Sea el Moves o el Perte, todos estos recursos provienen de los fondos Next Generación de la Unión Europea; y la última palabra en su reparto y gestión está en manos de Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital.

Por último, teniendo en cuenta que la reforma del mercado y de la industria no tienen sentido sin una buena infraestructura de recarga y una movilidad sostenible que la acompañe, hay que tener en cuenta al departamento de Raquel Sánchez y su ley de movilidad, actualmente en fase de anteproyecto, que incluye una disposición donde expone que el Gobierno publicará información sobre la localización de las estaciones de acceso público para el repostaje de combustibles para vehículos, incluido el hidrógeno, y los puntos de recarga eléctrica, así como las características del servicio que prestan.

Por otro lado, este Ministerio está trabajado en flexibilizar la burocracia para poder instalar electrolineras en la red estatal de carretera; al tiempo que Movilidad promovió un decreto donde se fija la dotación mínima de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos en edificios nuevos y las intervenciones en edificios existentes de determinada entidad.

En la localización de los puntos en establecimientos no residenciales y fuera de la vía pública vuelve a tener voz el ministerio de Industria, donde la subcomisión parlamentaria para el desarrollo de la infraestructura de recarga de acceso público en aparcamientos no residenciales privados está integrada, con el objetivo de instalar un punto de carga por cada 40 plazas en todos los parkings de este tipo que tengan más de 20 plazas.

Por si todo esto fuera poco, cabría la posibilidad de incluir un quinto Ministerio, ya que si el Gobierno acepta las reclamaciones del sector para impulsar una reforma fiscal para incentivar la compra de coches eléctricos, entraría en juego Hacienda, que en cierta forma ya está involucrado, ya que impuestos como el de matriculación se pagan en función de los gases emitidos por el vehículo.

A corto plazo, no se prevén nuevas ayudas, dado que María Jesús Montero no se ha pronunciado al respecto, aunque ha sido apelada directamente por altos cargos de la automoción.

Así las cosas, distintas fuentes del sector no hacen más que lamentar que este baile de trámites solo provoca que se “dilaten los procesos” en el tiempo, justo cuando toda la industria trabaja con la presión de cumplir los objetivos de reducción de emisiones de CO2.

La soliución para estas fuenetes es clara: una ventana única, es decir, un único interlocutor al que dirigirde directamente.

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