Hace poco, los residentes de Queensland, Australia, se enfrentaron un apagón debido a una serie de severas tormentas que dejaron a muchos sin electricidad. Las puertas eléctricas dejaron de funcionar, las fosas sépticas se llenaron, y los aparatos como el aire acondicionado y los refrigeradores dejaron de funcionar.. y lo que es peor, algunos dispositivos médicos tampoco podían hacerlo.
Sin embargo, los propietarios de vehículos eléctricos equipados con la tecnología de Vehicle-to-Load (V2L), que permite a los coches funcionar como una fuente de energía de emergencia, acudieron al rescate.
Así las cosas, según publica el diario local The Guardian, Kristy Holmes utilizó su vehículo eléctrico con estas características para operar el equipo de diálisis de su hijo de 11 años durante el apagón; al tiempo que otros vecinos también se beneficiaron de la energía de emergencia proporcionada por vehículos eléctricos tras la interrupción del suministro eléctrico.
Esta vecina es la propietaria de un BYD Atto 3 que se convirtió en un salvavidas, no solo para mantener funcionando sus refrigeradores sino también para asegurar el tratamiento vital de diálisis para su hijo Levi, quien sufre de insuficiencia renal terminal.
La familia descubrió que podían utilizar su coche para alimentar la máquina de diálisis, evitando así un viaje potencialmente peligroso a Brisbane en medio de la tormenta para recibir tratamiento.
Esta experiencia subraya no solo la utilidad de los coches eléctricos como fuentes de energía de emergencia, sino también el impacto positivo que pueden tener en situaciones críticas.
Así las cosas, Kristy Holmes ha destacado la importancia de su vehículo eléctrico, afirmando que después de esta experiencia, es poco probable que vuelva a considerar un coche de gasolina.
La capacidad de su coche eléctrico para proporcionar energía de emergencia demostró ser fundamental, transformando una situación potencialmente peligrosa en un testimonio del valor de la tecnología eléctrica moderna.