La compañía tecnológica china Xiaomi se ha visto desbordada por las intenciones de compra y las peticiones masivas de pruebas de conducción de su primer coche eléctrico tras anunciar su llegada al mercado. El caso es que el interés despertado por este coche ha sido tal, que los conductores chinos han solicitado en masa probar el modelo, aunque lo peor es que en alguna de estas pruebas se han producido accidentes de diversos tipos. 

Xiaomi es la primera compañía tecnológica en poner en el mercado su propio automóvil, por delante de Huawei y Sony, que están en ello y de Apple, que hace poco anunciaba el abandono en esta gesta.

Sin embargo, los primeros días del primer coche eléctrico de Xiaomi se han convertido en una verdadera pesadilla para sus directivos, toda vez que el interés despertado por el coche ha sido tal, que los conductores chinos han solicitado en masa una prueba en persona del modelo, por lo que la marca se ha visto obligada a establecer turnos a horas intempestivas, e incluso ha programado test de conducción de madrugada.

Con todo, lo pero es que en varias de esas pruebas se han producido accidentes de diversa consideración, algo que resulta preocupante en un modelo con una potencia importante.

Así las cosas, en las redes sociales chinas han salido a la luz diversos casos, como un choque entre un Xiaomi SU7 y un BMW Z4, o las imágenes de otra unidad del coche con daños en ambos laterales del paragolpes. Sin embargo, el siniestro más llamativo es uno en el que el conductor acelera demasiado, pierde el control del vehículo y, al intentar recuperar la dirección, acaba impactando contra la mediana.

Xiaomi ha aguantado hasta el último momento antes de abrir las reservas y anunciar el precio del modelo, que estará en el mercado a partir de 28.000 euros al cambio, un coste muy ajustado para las características del modelo, y con el que otros fabricantes de coches eléctricos tienen muy complicado competir.

Esto terminó de animar a muchos compradores, hasta el punto de que la marca recibió más de 88.000 pedidos en tan solo 24 horas; y al día siguiente ya se había cubierto todo el stock de 2024. El éxito ha sido tal, que los tiempos de entrega van a verse dilatados más de lo deseable, lo cual preocupa también a los directivos de la compañía china.

Así las cosas, quienes hayan optado por la variante SU7 Pro, que es la básica con tracción trasera, 299 CV y una autonomía de 668 kilómetros, tendrán que esperar de 18 a 21 semanas, una situación que empeora para quienes han elegido la versión SU7 Max, la tope de gama con tracción integral, 673 CV y 800 kilómetros de rango, cuya espera se puede ir hasta las 30 semanas.

Otro problema ha sido la recuperación de los depósitos, ya que para realizar la reserva había que dejar pagados alrededor de 650 euros al cambio, que podían recuperarse si se cambiaba de opinión durante los siete días posteriores al depósito. En caso de no hacerlo, el pedido se fijaba y ya no se podían realizar cambios. El caso es que parecece que casi medio millar de interesados han intentado hacerlo, pero no han podido anular su reserva.