Los coches eléctricos deberán mostrar la salud de su batería por ley

Los coches eléctricos deberán mostrar la salud de su batería por ley

La Comisión Europea va a presentar una serie de nuevas normas de obligado cumplimiento por parte de los fabricantes de automóviles, en lo que han dado en llamar como norma Euro 7, un planetamiento legislativo que debería limitar drásticamente el nivel de emisiones de los coches nuevos a partir del 1 de enero de 2026, aunque finalmente no será así debido a la crisis energética.

 

Con todo, esta nueva norma introduce una serie de obligaciones de monitorización de las emisiones en condiciones reales de uso para los coches con motor de combustión interna, mientras que para los coches híbridos enchufables PHEV y los coches eléctricos, incluirá una necesaria monitorización de la degradación de sus baterías.

De todos es sabido que los coches eléctricos en el mercado de segunda mano no se venden con la misma facilidad que un modelo gasolina o diésel, y los expertos afirman que en un futuro, podría ser casi imposible... y esgo es debido fundamentalmente a la incertidumbre acerca de la posible degradación de la batería.

Con el objetivo de fomentar la movilidad eléctrica y de que haya cada vez más coches eléctricos en el parque móvil, es necsario tener en cuenta el mercado de segunda mano, de manera que, con la idea de despejar esa incertidumbre, Europa va a obligar a que los coches nuevos incluyan un sistema que indique de forma clara al conductor el estado de salud de la batería de tracción, al tiempo que obligará los fabricantes a que la batería de tracción cumpla con un mínimo de durabilidad, la cual se irá vigilando a gravés de transmisión remota de datos OTA (over the air).

Conocido por sus siglas en inglés SOH, por State Of Health, el estado de la batería, indica en que estado se encuentra la degradación de la batería, un dato esencial a la hora de comprar un coche de segunda mano.

Este dato no merma la autonomía esperada, y no se corre el riesgo de tener que sustituir la batería, la cual puede llegar a ser más cara que el propio coche usado.

La degradación de la batería tiene mucho que ver con el tipo de recarga que se efectúe a lo largo de la vida del coche. El problema es que en la actualidad no hay una manera clara de conocer la degradación de una batería sin pasar por un taller oficial, especialmente si compramos el coche a un particular.

Además del indicador de degradación de la batería, la Comisión Europea prevé introducir unos límites mínimos a cumplir en cuanto a durabilidad de la batería de tracción de un eléctrico o un híbrido eléctrico, sea PHEV o no.

Los valores máximos de degradación permitidos no se han filtrado, pero entendemos que se trata de un porcentaje de la capacidad por debajo del cual la batería no puede bajar independientemente del tipo de carga que se use, siendo esto algo esencial si se quiere llegar a un público que no dispone de una plaza con enchufe para su coche.

La carga lenta es más económica y más benévola con la batería que la carga rápida; pero sin plaza de parking, implica tener que usar a menudo la carga rápida, la cual acelera la degradación de la batería.

Con un valor máximo de degradación, muchos compradores potenciales de un eléctrico podrían tomar con más y mejor información su decisión; y quizá les compensaría una pérdida de un 5 % de la capacidad de la batería en un coche de segunda mano o, en el caso de un coche nuevo, saber que cargando siempre en cargadores rápidos, acabará perdiendo un 5 %.

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