2024 podría ser el año en el que las baterías de sodio podrían consolidar su posición como una alternativa viable para el sector de laautomoción, ya que esta tecnología se presenta como una opción viable para complementar el uso de las tradicionales baterías de ion-litio o las innovadoras baterías de estado sólido.

El caso es que esta nueva tecnología vendría a aportar una serie de ventajas significativas, como una óptima densidad energética para ciertas aplicaciones, un mejor ciclo de vida útil, mayor seguridad, y todo contando con una abundancia de materias primas que redundarían en un impacto positivo en el coste final y la sostenibilidad.

Este potencial, junto con la certeza de que en un futuro inmediato se necesitarán alternativas fiables y sostenibles para complementar la demanda de baterías de litio en el futuro, explican el creciente interés que las baterías basadas en sodio están atrayendo por parte de numerosas empresas y fabricantes.

La Agencia Internacional de la Energía prevé un aumento de casi el 350 % en la capacidad de producción de baterías de sodio, pasando de los actuales 42 GWh/año a 186 GWh/año, un crecimiento que se está viendo impulsado principalmente por los fabricantes chinos, quienes están liderando esta apuesta, hasta el punto de que según las perspectivas actuales, se estima que casi el 95 % de estas baterías provendrán del país asiático para el año 2030.

Este crecimiento tendría un impacto importante en términos económicos, de modo que nalgunas fuentes sugieren que el valor de mercado de esta tecnología podría superar los 1.000 millones de euros en 2030, gracias a tasas de crecimiento anuales compuestas, que estarían por encima del 10 % hasta ese año.

Estas perspectivas se fundamentan en la versatilidad que ofrecen las baterías de sodio para una amplia gama de aplicaciones, ya que desde el inicio de su desarrollo, se ha reconocido su potencial para aplicaciones estacionarias debido a su costo, eficiencia, estabilidad y seguridad, así como para ciertas aplicaciones de electrónica de consumo.

Por otro lado, en los últimos meses diversos fabricantes están considerando esta solución como una alternativa viable para la movilidad eléctrica, debido a los avances en la densidad energética de estas baterías, con soluciones que alcanzan hasta 200 Wh/kg, lo que vendría a equivaler a autonomías de 500 kilómetros para un coche eléctrico medio.

Así las cosas, CATL, el mayor fabricante de baterías del mundo, lanzará pronto al mercado una batería de sodio con una densidad energética de 200 Wh/kg, un avance tan significativo, que incluso BYD, el principal fabricante de coches eléctricos en 2023, está colaborando con CATL en el desarrollo de los primeros modelos de automóviles propulsados por este tipo de baterías.

A parte de las empresas asiáticas, Northvolt, una de las principales empresas europeas de fabricación de baterías, ha anunciado una colaboración con la compañía sueca Altris para el lanzamiento de su primera generación de dispositivos de sodio, los cuales ofrecen una densidad energética de 160 Wh/kg. En este caso, los ingenieros de Altris han creado una fórmula para reducir costos y mejorar el rendimiento de vehículos de combustión, híbridos y enchufables, en estrecha colaboración con Clarios, otro fabricante de baterías que ha adaptado esta tecnología de vehículos eléctricos a los de combustión interna, utilizando dispositivos de bajo voltaje con un máximo de 60 voltios.