Reino Unido gravará con aranceles los coches eléctricos comunitarios

Reino Unido gravará con aranceles los coches eléctricos comunitarios

Reino Unido acaba de anunciar que impondrá un arancel adicional del 10 % a los coches eléctricos importados en el país desde la Unión Europea, algo que supone un contratiempo para la industria del automóvil europea, y especialmente para España, que es el segundo mayor fabricante de coches del continente tras Alemania.

 

Se trata de una medida de carácter proteccionista que entrará en vigor el 1 de enero de 2024, y con la que Reino Unido busca proteger y propiciar las inversiones de los fabricantes de vehículos eléctricos en su territorio, penalizando a aquellos coches producidos en la Unión Europea.

De esta manera, Reino Unido impondrá nuevos aranceles a los coches eléctricos fabricados en la Unión Europea, algo que según la industria podría tener una repercusión significativa, que podría cuantificárse en la pérdida de cientos de miles de ventas y miles de millones de euros.

Reino Unido era hasta hace poco uno de los países que se había marcado unos objetivos de transición hacia el coche eléctrico más ambiciosos, abogando por la prohibición de las ventas de coches con motor de combustión interna en 2030; pero hace tan solo unos días, primer ministro Rishi Sunak salía al paso de una filtraciones anunciando que la prohibición a la combustión interna se retrasaría hasta 2035.

En su intervención, Sunak reconoció estar orgulloso por la capacidad de Reino Unido para «haber atraído miles de millones en inversiones de compañías como Tata para la gigafábrica de Jaguar Land Rover», unas inversiones destinadas a la producción de coches eléctricos y baterías en Reino Unido que, con medidas proteccionistas como el arancel del 10 %, son más competitivas y suponen un agravio, y dificultades, para los fabricantes de vehículos eléctricos que exportan allí sus coches.

Reino Unido es uno de los mercados europeos en los que la transición hacia el coche eléctrico se encuentra más avanzada; y según los datos de la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Motores (SMMT), los coches eléctricos de baterías han supuesto un 16,4 % de las matriculaciones acumuladas este año; mientras que en el mes de agosto, uno de cada cinco coches registrados en aquel país eran eléctricos.

Según algunas estimaciones, este arancel del 10 % podría cuantificarse en un coste de 4.300 millones de euros para los fabricantes en los próximos tres años, y en una pérdida potencial de 480.000 ventas. En cualquier caso, el arancel supondrá directamente una pérdida de competitividad para los coches eléctricos producidos en la Unión Europea que se matriculen en Reino Unido, que necesariamente verán encarecido su precio, o reducido el margen de beneficio alcanzado por el fabricante, frente a los eléctricos producidos localmente. 

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