Francia apuesta por vincular las ayudas al coche eléctrico con la renta de los hogares

Francia apuesta por vincular las ayudas al coche eléctrico con la renta de los hogares

La mayoría de los países subvencionan la compra de un coche eléctrico de una forma u otra sin importar quien compra el coche. Ahora Francia, pretende dar un paso más y vincular las ayudas a la renta de los compradores.

 

De esta manera, el presidente francés Emmanuel Macron ha anunciado, en vísperas del Salón del Automóvil de París, un incremento de las ayudas a la compra en el transcurso de una entrevista con el diario Les Echos, en la que afirmó que esta ayuda pasará de 6.000 a 7.000 euros para los hogares con menos renta que compren un coche eléctrico.

Macron explicó que "queremos que el coche eléctrico sea accesible para todos, e incluso aumentaremos el bono ecológico de 6.000 a 7.000 euros para la mitad de los hogares, los más modestos".

Esta ayuda, que en Francia recibe el nombre de “bonus ecológico" es una ayuda estatal, disponible al comprar un vehículo PHEV o eléctrico, una bsta bonificación que es válida para los vehículos vendidos por menos de 47.000 euros.

Preguntado por la posibilidad de aumentar las subvenciones a los vehículos eléctricos fabricados en Europa, como ha hecho Estados Unidos con su recién aprobada Ley de Reducción de la Inflación, Macron explicó que era partidario de este enfoque desde hace años. De hecho, su ministro de economía, Bruno Le Maire, ya lo había expresado en septiembre a modo de globo sonda, preparando el terreno para la declaración del presidente.

Así las cosas, Macron pidió que se refuerce la "preferencia europea", es decir, que las ayudas y ventajas a la hora de comprar un coche eléctrico vayan a coches fabricados en Europa, una medida proteccionista, pero que China lleva años aplicando, ya que desde 1994, los fabricantes extranjeros que querían vender en China sin pagar aranceles debían fabricar los coches localmente y con un socio local en una empresa conjunta.

Esta obligación ha ido desapareciendo progresivamente desde 2018 hasta levantarse por completo este año, ya que China ha decidido prescindir del coche de gasolina y diésel; con lo que esta obligación ha sido sustituida por la necesidad de fabricar en China coches eléctricos si quieren seguir expandiendo sus actividades.

De esta manera, para abrir nuevas fábricas en China, los fabricantes europeos tendrán que cumplir con una serie de condiciones bastante exigentes, entre las que destacan aspectos como demostrar que su eficiencia en el uso de la capacidad de fabricación es superior a la media del sector; que fabrican más vehículos de nueva energía que la media del sector; que gastan al menos el 3 % de los ingresos en investigación y desarrollo; o que son competitivos a nivel mundial, entre otros requisitos.

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