La convocatoria electoral adelantada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tenido efectos perversos en la política industrial del país, y más en concreto en el despegue del coche eléctrico, ya que al disolverse todas las comisiones del Congreso, entre ellas la de Industria, que tenía muy avanzado un plan que sin adelanto electoral, se hubiera aprobado en estos días.

En el sector han reconocido que en período de desarrollo de este plan surgieron propuestas muy interesantes que, sin embargo, ahora se quedarán en el olvido, no solo por el adelanto electoral, sino por la situación de inestabilidad en la que ha quedado el Gobierno, ahora en funciones, y que tardará varios meses, en el mejor de los casos, en estar plenamente operativo, un tiempo de parón que, según los expertos, será pernicioso para el impulso de este sector industrial.

Según algunos técnicos involucrados en el proceso, se puso mucho empeño para que ni la derecha ni la izquierda pudiese votar en contra, ya que se trataba de un informe eminentemente técnico... y ya faltaban solo algunas semanas para este documento que se votara.

El 30 de julio de 2022 se aprobó en el Congreso la creación de la subcomisión sobre el despliegue e instalación de infraestructuras de recarga eléctrica y de hidrógeno y su impacto en la industria de automoción en España, un órgano parlamentario más reducido que una comisión, en el que están representados todos los grupos parlamentarios en proporción a su importancia.

La subcomisión estuvo compuesta por 15 miembros: tres pertenecían al PSOE, dos al PP, dos a Vox, otros dos a Unidas Podemos y, por último, uno a Esquerra Republicana, BNG, Ciudadanos, PNV, Bildu y el Grupo Mixto. Desde entonces, ha habido un intenso trabajo, donde se han celebrado un total de 11 reuniones y 31 comparecencias de cargos de las distintas Administraciones, de expertos y personas de reconocido prestigio en los sectores industriales y de la energía, de representantes de los sectores empresariales, así como de organizaciones sociales y académicas.

Entre las compañías que participaron en las reuniones destacan Repsol, Iberdrola, Exolux, Endesa o Visa; unas reuniones en las que la asociación Asnam, que acoge a más de un centenar de compañías del sector del gas y renovable, remarcó «las importantes inversiones que deben realizarse teniendo en cuenta el coste de estas instalaciones (en torno a uno y ocho millones de euros)».

Desde las eléctricas, por su parte, señalaron que «para la implantación de la movilidad eléctrica es necesaria una inversión estimada entre 1.100 y 2.000 millones de euros»; mientras que desde Repsol aseguraron que «tiene planteado desplegar una red nacional con cargadores cada 50 kilómetros en sus estaciones de servicios».

Sin embargo, aunque el objetivo del Gobierno y de los Estados europeos es impulsar el hidrógeno verde y el motor eléctrico para enterrar de forma definitiva la gasolina y el gasoil, la realidad es que existe una competencia entre ambas tecnologías por erigirse como el sustituto verde a los combustibles fósiles; una situación que se pudo apreciar durante las comparecencias.

El sector español de automoción representa de forma directa el 11,4 % de la economía y un 10,9 % de la cifra total de negocio de la industria, siendo el segundo sector industrial en importancia, después de la alimentación, y constituyendo además, el tercer sector industrial por inversión en I+D, ya que representa más del 10 % del total de la industria española.