El litio no es escaso en la tierra, pero sí lo es su producción, lo cual supone un problema cuando se pretende electrificar la mayor parte de la industria del automóvil. La consecuencia de esto es que su precio se ha encarecido a niveles impensables hace unos años, hasta el punto de se ha incrementado un 900 % desde enero de 2020, según apunta la consultora Benchmark Minerall Intelligence.
Según los análisis del mercado de esta consultora internacional, en poco más de dos años el precio del litio se ha disparado como consecuencia de una mayor demanda de vehículos eléctricos y de una inesperada sequía en China que magnifica la dependencia de Asia de este preciado mineral.
Desde Benchmark achacan este aumento en el precio a una mayor demanda de coches eléctricos en el mercado mundial, cuyas ventas siguen creciendo mes tras mes, pero también a una de las mayores sequías en 60 años que China está viviendo. De hecho, el Gobierno ha llegado a obligar a las empresas a cesar su minado debido a la baja producción de energía hidroeléctrica que se ha podido generar durante los últimos meses.
Además, las previsiones no son buenas, y la consultora apunta que la situación no va a cambiar en el corto plazo, ya que sus cálculos señalan que la demanda de baterías de litio aumentará en un 36 %, mientras que la producción del material crecerá un 33%. Siendo ya la oferta de litio a nivel mundial insuficiente, los números apuntan a que ésta se recrudecerá próximamente.
Al mismo tiempo, Europa está presionando para que la industria del automóvil se pase al coche eléctrico, hasta el punto de que partir de 2035 estará prohibido vender vehículos con motor de combustión y, antes, la normativa europea de emisiones Euro 7 presionará para que el camino ya esté andado y los coches eléctricos o altamente electrificados sean más que habituales en nuestras calles.
Así las cosas, el contexto mundial estaría provocando una pelea por conseguir el suministro de litio suficiente para aumentar la producción de baterías y vehículos eléctricos; y los fabricantes están llegando a importantes acuerdos para garantizarse en exclusiva el litio producido en algunas minas.
El problema según Cleantechnica y Benchmark es que estas decisiones no hacen más que presionar aún más el mercado, al tiempo que los acuerdos en exclusiva reducen la oferta de litio disponible y, además, las nuevas minas que se ponen en marcha necesitan entre cinco y siete años para funcionar a pleno rendimiento.
Además de Benchmark, Morgan Stanley también apuntaba en este camino en marzo, justo antes de que el litio alcanzara su máximo histórico en abril y poco después de que el níquel, otro material indispensable en los coches eléctricos, llegara a suspender la cotización en el London Metal Exchange por su exponencial crecimiento.
En cualquier caso, los distintos estudios sobre la materia están mostrandodiferentes escenarios, de manera que Bank of America avisa de una escasez de litio para los próximos años, mientras que las previsiones de City apuntan a que en 2025 se dará la vuelta a la escasez de oferta. Por su parte, Goldman Sachs adelantó esta situación al próximo año 2023 en un informe que ha sido contestado desde Benchmark.
De una forma o de otra, el principal afectado será el consumidor final, lo que teniendo en cuenta que el coche eléctrico tiene el importante reto por delante de motorizar a toda la población independientemente de su nivel de renta, en contraste con el aumento en los costes, la escasez de chips, la Guerra de Ucrania y la escasez de minas de litio, que pdrían aumentar los precios de los coches sensiblemente.