Los coches eléctricos consumen menos, pero consumen, y cuanta más electricidad consumen, menos kilómetros pueden recorrer sin tener que parar a recargar la batería. Por este motivo, es importante conocer algunos trucos que ayudan a aumentar la autonomía de este tipo de vehículos.

Entre los factores que más influyen en el consumo de un coche eléctrico destaca el hecho de salir a carretera. El hecho de que los vehículos eléctricos puros siguen siendo coches de ciudad, no significa que no puedan afrontar viajes por autovías y autopistas, eso si, su consumo aumentará y la carga de su batería bajará con más rapidez, ya que las características de la circulación en ciudad, con atascos y  velocidades contenidas, permiten estirar la autonomía de los coches eléctricos hasta llegar casi a los valores oficiales. Sin embargo, en carretera abierta la cosa cambia, ya que a velocidades de 100 o 120 km/h la energía de las baterías se consume mucho más rápido, llegando a reducirse la distancia a recorrer con un carga hasta en un 50 %.

Otro factor que limitará la autonomía en un vehículo eléctrico es abusar del aire acondicionado y la calefacción. Cuando hablamos de coches eléctricos, la influencia del uso de los sistemas de climatización sobre el consumo es mucho mayor, ya que para funcionar "tiran" de la misma batería que el motor. Algunos usuarios utilizan un truco para minimizar este factor, que consiste en que el coche alcance la temperatura adecuada mientras está conectado la punto de carga, de tal forma que el consumo no se vea tan afectado.

Con todo, el factor determinante para ahorrar bateria, se basa en la forma de conducir, la cual influye considerablemente en el gasto del coche. En esta linea, destacan tres elementos fundamentales: el acelerador, ya que aunque la respuesta cuando se pisa el pedal de un enchufable es más rápida, también es cierto que supone un exceso de consumo innecesario; el freno, ya que por aquello de la regeneración de energía, los eléctricos tienen mayor capacidad de freno motor y si se mantiene una velocidad constante se favorece la regeneración hasta reducir el consumo en un 20 %; y los modos de conducción, que permiten disfrutar de una conducción deportiva, pero también eleva el consumo.