España es el país de Europa más favorable a la implantación del vehículo eléctrico, según se desprende de una encuesta de Ipsos Mori para la asociación ecologista Transport & Enviroment (T&E), según la cual el 10 % de los españoles está seguro de que su próximo coche estará propulsado mediante esta tecnología o mediante una pila de combustible, y otro 48 % lo considera «probable».

Tras nuestro país, los siguientes más proclives son los italianos, con un 57 % sumando ambas variables, frente a la media europea, del 40 %. Por el contrario, el 42 % de los españoles prácticamente descarta adquirir mediante compra, renting u otra fórmula un vehículo de estas características, frente al 60 % de la media europea.

Los que más se oponen, según la misma encuesta, son los franceses y los alemanes, ya que el 70 % de los encuestados en esos países lo descarta, seguidos por los polacos y los británicos, con un 68 %.

El principal obstáculo para la adquisición de este tipo de vehículos es, en toda europa, su elevado precio -según el 65 % de los encuestados, y el 58 % en España-, seguido de la falta de puntos de recarga. En este apartado la encuesta revela que los españoles constatan que nuestro país carece de instalaciones adecuadas de recarga por encima de la media comunitaria, ya que es considerado un problema por el 46 % de los encuestados en nuestro país, frente al 38 % de media y al apenas 26 % de Suecia.

Además, cerca de dos tercios de los europeos, un 62 %, considera que pese al cada vez mayor número de lanzamientos de este tipo de vehículos los fabricantes no están haciendo lo suficiente para comercializarlos, y echan en falta más acciones de marketing, precios más bajos y mayor oferta.

En la encuesta se ha entrevistado a 4.500 europeos de nueve países, Bélgica, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Hungría, Italia, Polonia, España y Suecia, a razón de quinientos habitantes por cada país.