Se inicia la carrera entre compañías petroleras y eléctricas para liderar el repostaje del coche eléctrico

Se inicia la carrera entre compañías petroleras y eléctricas para liderar el repostaje del coche eléctrico

Más allá del cambio que supone la transformación para los ensambladores de vehículos, las compañías energéticas están librando ya la batalla sobre el terreno para acaparar una parte del pastel que está por venir relacionado con el coche eléctrico. La disputa está en los puntos de carga, ya que el suministro eléctrico es un factor imprescindible para el nuevo vehículo, que por ahora goza de una autonomía limitada.

De esta manera, petroleras y eléctricas tratan de sacar partido a sus ventajas competitivas en el negocio de las electrolineras. Por un lado, Iberdrola y Endesa son las dos compañías distribuidoras de electricidad más grandes de España, con lo que tienen un amplio conocimiento en lo que tiene que ver con las redes y la gestión de la luz. Por otro lado, las petroleras disponen de los mejores emplazamientos en las carreteras.

Las gasolineras se convierten así en lugares estratégicos para abrir un punto de carga, máxime, cuando el Gobierno quiere que aquellas estaciones que más litros de carburante venden tengan la obligación de poner un punto eléctrico. Así, Iberdrola está firmando acuerdos con redes de gasolineras independientes como Ballenoil o Avia; mientras Endesa, por su parte, está trabajando en alianzas en el mismo sentido.

Mientras la eléctrica vasca cuenta con un Plan de Movilidad Sostenible que contempla el despliegue de 25.000 puntos de recarga en España hasta 2021, y en su hoja de ruta, pretende la instalación de estaciones de recarga rápida, superrápida y ultrarrápida —al menos, cada 100 km— en las principales autovías y corredores del país durante 2019; Endesa X, la filial de esta compañía para desarrollar la movilidad, tiene previsto instalar alrededor de 100.000 puntos de recarga privados en 'parkings', residenciales y corporativos. Además, contempla poner 8.500 puntos de acceso público.

En este camino, las petroleras no quieren quedarse atrás. De hecho, en un primer momento fueron las que se mostraron más favorables a que el desarrollo se hiciera al 100 % en condiciones de mercado, sin que la instalación de puntos de carga, o al menos parte de ella, entrara dentro de la parte regulada de la factura eléctrica.

Así, Repsol se ha adelantado y ha sido el primero en poner un punto de carga ultrarrápida, que logra que un coche esté completamente cargado en seis minutos. Aunque por ahora no existe demanda para un punto tan potente, las petroleras creen que el éxito de los puntos de recarga en las gasolineras pasa por que esta sea instantánea, ya que entienden que el usuario preferirá recargar en 'parkings', centros comerciales o en el propio hogar antes que en una gasolinera si ello implica que tenga que pasar mucho tiempo esperando solo para recargar.

En este sentido, también se están dando pasos para poner puntos de carga en lugares de aparcamiento. Iberdrola ha firmado un acuerdo con Ikea, mientras Endesa se ha aliado con los 'parkings' de Saba para poner cargadores en los aparcamientos subterráneos que posee en las grandes ciudades.

Las otras grandes petroleras también tienen planes para el coche eléctrico. En 2018, Cepsa se alió con Ionity para instalar cargadores ultrarrápidos en España y Portugal. El acuerdo consiste en que Ionity, la red de carga europea de alto rendimiento impulsada por el Grupo BMW, Daimler, Ford, Volkswagen y Porsche, instalará 100 puntos de carga en las estaciones de servicio de Cepsa. Además, la petrolera, que también es ya comercializadora de luz, suministrará estos puntos con electricidad 100 % renovable.

La tercera gran petrolera en España, BP, es otra de los que están dando pasos en este sentido. En 2018 compró Chargemaster, el mayor proveedor de puntos de suministro de energía para vehículos eléctricos en Reino Unido con la idea de poner 1.200 puntos de recarga en gasolineras. En España, la firma denominada Cargacoches, dedicada a este negocio emergente, trabaja en exclusividad con los productos de Chargemaster.

Estos ambiciosos planes se dan en un escenario en el que existe un alto grado de incertidumbre tecnológica por lo que pueda ocurrir en el futuro. Sin embargo, las empresas son conscientes de que quien logre obtener los puntos más demandados es quien más rendimiento va a sacar a la recarga eléctrica que, a día de hoy, aún tiene una demanda residual.

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