Un grupo de científicos termina con los incendios de los coches eléctricos que no se apagan

Un grupo de científicos termina con los incendios de los coches eléctricos que no se apagan

Las baterías de los coches eléctricos están fabricadas con materiales muy inflamables que alimentan el fuego, y que provocan que extinguir un posible incendio sea complicado. Para evitarlo, un grupo de científicos de la Universidad de Clamson (Estados Unidos), han desarrollado una batería autoextinguible.

 

Los coches eléctricos no tienen más riesgo de incendio que los que llevan motor de combustión, pero el problema está a la hora de apagar el fuego cuando salen ardiendo, ya que las baterías de los coches eléctricos complican mucho las labores de extinción, por lo que apagar el incendio de uno de estos vehículos puede ser realmente difícil.

El incendio de un coche eléctrico puede estar activo durante horas, e incluso días, y hacen falta miles de litros de agua para apagarlo porque las baterías están hechas con material que actúa como combustible; y todo puede complicarse si el incendi se produce en un lugar donde haya más coches eléctricos aparcados o en zonas de difícil acceso para los bomberos, como puede ser un aparcamiento subterráneo.

Los bomberos son plenamente conscientes de ello y ya tienen procedimientos específicos para evitar males mayores, pero también saben que, cuando se enfrentan al incendio de un coche eléctrico, solo pueden utilizar mucho agua y tener mucha paciencia.

Ahora, los científicos de la Universidad de Clemson, ubicada en Estados Unidos, podrían haber encontrado la solución en una suerte de baterías autoextinguibles. Por el momento, estas baterías están en pleno desarrollo, pero es probable que en el futuro las veamos en los coches eléctricos.

En lugar de utilizar electrolitos convencionales, que son altamente combustibe, esta batería recurre a un electrolito hecho a partir de materiales refrigerantes como los que tiene un extintor de incendios convencional.

Los científicos han modificado estos refrigerantes, que además son más asequibles, para convertirlos en los electrolitos que necesita una batería de iones de litio para funcionar. En caso de incendio, estos electrolitos hechos a partir de refrigerante apagarían automáticamente el fuego, porque son electrolitos con retardante de llamas.

Por ahora, las pruebas realizadas van bien. En este sentido, fuentes de la investigacioón han explicado que “sometimos estas baterías a la prueba de penetración de clavos, un método común para evaluar la seguridad de las baterías de iones de litio. Pasar un clavo de acero inoxidable a través de una batería cargada simula un cortocircuito interno; si la batería se incendia, no pasa la prueba. Cuando clavamos un clavo en nuestras baterías cargadas, resistieron el impacto sin prenderse fuego”.

En cuanto al electrolito que sustituye al electrolito inflamable, desde la Universidad de Clemson ha explicado que “nos centramos en un fluido comercial maduro, seguro y asequible llamado Novec 7300, que tiene baja toxicidad, no es inflamable y no contribuye al calentamiento global. Al combinar este fluido con varios otros químicos que agregaron durabilidad, pudimos producir un electrolito que tenía las características que buscábamos y permitiría que una batería se cargara y descargara durante un año completo sin perder una capacidad significativa”.

El siguiente paso es investigar si este electrolito también funciona bien en baterías que no sea de iones de litio, como las de sodio, aluminio y zinc. Lo que pretenden los científicos que están trabajando en estas baterías autoextinguibles es que es se puedan fabricar a gran escala y en todo tipo de baterías. 

Ahora, el objetivo de estos investigadores es que esta batería llegue a producción cuanto antes.

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