Los vehículos eléctricos han llegado al mundo de la construcción de la mano de Caterpillar y Pon Equipment, compañías que se han afanado en la construcción de una máquina excavadora de 26 toneladas.

La constructora noruega Veidekke será la primera empresa del sector en contar con 8 de estas excavadoras, cada una de las cuales cuenta con una batería de 3,4 toneladas de peso, con una potencia de 300 kWh, es decir, tres veces más potente que las utilizadas por el Tesla más potente.

Las baterías empleadas han sido diseñadas para soportar movimientos bruscos y sacudidas, y mantendrán el 80 % de su capacidad después de 10.000 horas de uso.

La carga completa otorga a la excavadora hasta 7 horas de autonomía; una buena cifra, ya que durante las noches puede ser recargada.

La iniciativa de construir excavadoras eléctricas beneficiará la calidad laboral de los obreros, que pasan largas horas respirando polvo y las emisiones de las máquinas, por lo que sus sistemas respiratorios se beneficiarán al menos de la eliminación del uso de combustibles.

Por otra parte, si por algo se caracterizan las excavadoras es por el enorme ruido que emiten, circunstancia que con esta nueva excavadora eléctrica no se produce, al no emitir los mismos sonidos que una de combustible.

Oivind Larsen, director de construcción de Veidekke, ha explicado que la máquina supondrá una disminución de 52 toneladas de emisiones de C02, y ha calculado que si se reemplazasen las 2.500 excavadoras de dicho tamaño por otras eléctricas, en Noruega se lograría una reducción de emisiones similar a eliminar 60.000 vehículos de las carreteras.