El grafeno permitirá dar el gran salto en la fabricación de coches eléctricos

El grafeno permitirá dar el gran salto en la fabricación de coches eléctricos

Una compañía con sede en Singapur llamada Avevai ha presentado durante el Guangzhou Auto Show celebrado en China unas nuevas furgonetas eléctricas, desarrolladas junto a Daimler y Foton y que equipan un Sistema de Gestión de Energía de Grafeno (GEMS) que, según sus creadores, ofrece una autonomía "inigualable" de hasta 330 km.

Este tipo de batería aportarían una vida útil asegurada de 200.000 km, más velocidad de carga y más capacidad. El grafeno suele describirse como el material del futuro o el "material de Dios", y está compuesto por carbono puro 200 veces más resistente que el acero estructural. Es abundante, ya que proviene del grafito, extremadamente ligero y flexible, y es un conductor térmico y eléctrico mejor que el cobre.

Aprovechando estas cualidades, Avevai ha desarrollado dos furgonetas impulsadas por supercondensadores de grafeno, aunque aseguran que su sistema de gestión de energía de grafeno es escalable y se puede aplicar a cualquier vehículo eléctrico.

Controlado por un algoritmo inteligente, GEMS permite que los ciclos de carga y descarga se ejecuten en nanosegundos y Avevai promete que el sistema es capaz de recuperar hasta un 85 % de la energía a través de la frenada regenerativa, lo que implica que se agilizarán los ciclos de carga y descarga disminuyendo el desgaste y la vida útil de la batería.

La vida útil que permite este material viene a ser el doble que en las baterías de iones de litio convencionales, de hecho, asegura una vida útil de 200.000 km o cinco años, y que una estación de carga de 22kW AC (corriente alterna) cargará completamente un vehículo eléctrico en dos horas.

El objetivo de Avevai es el desarollo de software de logística para una futura integración en vehículos comerciales eléctricos, de forma que el uso de la Inteligencia Artificial reduzca costos.

El grafeno es uno de los nanomateriales más estudiados en la actualidad, y aunque su estructura molecular se conocía hace un siglo, no existía un método práctico de fabricarlo. Los científicos rusos Andre Geim y Konstantin Novoselov consiguieron hacerlo a temperatura ambiente, lo que les valió el Premio Nobel en 2010. Desde entonces se han realizado diferentes trabajos de investigación para su aplicación en baterías y supercondensadores, e incluso se ha descubierto que también tiene efecto fotovoltaico.

De hecho, hace muchos años que los supercondensadores de grafeno se han posicionado como la principal alternativa para recargar un coche eléctrico en minutos.

Con el grafeno podríamos fabricar condensadores que tendrían mucha más capacidad que los actuales y que no serían tan contaminantes a la hora de ser desechados, o bien no serían tan delicados de reciclar como las actuales baterías. Además, mantendríamos igualmente las ventajas de los condensadores, con lo que tendríamos un coche eléctrico a menor precio que si tuviera baterías, podría tener más autonomía y sobre todo se podría recargar mucho más rápido, en uno o dos minutos.

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