Tesla ya permite a los conductores de otros coches eléctricos cargar en sus supercargadores, tal y como Elon Musk anunció ya hace tiempo, aunque inicialmente se trata de un programa piloto limitado a los Países Bajos.
De esta manera, los conductores holandeses de vehículos eléctricos que no sean de Tesla ya pueden acceder a las estaciones de carga rápida de la compañía a través de la aplicación de la misma, aunque no disfrutarán de una experiencia de carga totalmente fluida, ya que mientras que los conductores de Tesla llegan y simplemente enchufan y desenchufan el coche, el resto de conductores tendrán que indicar en la aplicación cuándo iniciar y detener la sesión de carga.
Por otra parte, aunque el precio de la electricidad seguirá siendo el mismo para los propietarios de Tesla, los precios de recarga para los conductores que no sean de Tesla incluirán costes adicionales, que non es sino una consecuencia lógica de tener que admitir una amplia gama de vehículos y ajustes del sitio para acomodar estos vehículos, según han explicado desde la compañía.
En cualquier caso, el precio de la carga puede reducirse pagando una suscripción, al estilo de lo que propone Ionity, aunque a nivel práctico, sólo los coches eléctricos con una toma combo CCS podrán utilizar los supercargadores de Tesla, lo que deja fuera de la ecuación a los coches de la marca Mitsubishi, al Kia Soul EV de primera generación y a los Nissan que solo dispongan de toma CHAdeMO.
El programa piloto permitirá a Tesla "ganar experiencia, controlar el flujo en los cargadores y recoger las opiniones de los usuarios" sean o no de la marca, según la compañía, que anima a sus conductores a seguir utilizando las 10 ubicaciones de las que disponen en el país con normalidad, probablemente para asegurarse de que obtiene datos coherentes sobre cómo se ven afectados sus usuarios principales, es decir, los clientes que compraron un Tesla.
Una de las principales ventajas de tener un Tesla no es tanto su autonomía ni su tecnología, sino su red de supercargadores, que permiten viajar limitando al máximo los condicionantes que implica hacerlo con un coche eléctrico. Así las cosas, Tesla posee una red de 25.000 supercargadores en el mundo, y aunque las redes de recarga públicas, como la de Ionity y otras iniciativas privadas se están expandiendo, están todavía lejos de alcanzar la cobertura junto con la facilidad de uso que propone Tesla.