Alarma en Francia por la acumulación de miles de coches eléctricos abandonados en un descampado

Alarma en Francia por la acumulación de miles de coches eléctricos abandonados en un descampado

Autolib fue uno de los primeros sistemas de car sharing masivo con coches eléctricos, una francesa de la compañía Bollore, que no terminó bien, con el cierre del sistema y miles de unidades retiradas de servicio. Algunos de esos coches fueron vendidos muy baratos, pero muchos otros permanecen almacenados al aire libre, lo que preocupa a los vecinos de la zona.

 

La imagen de una parte de los 4.000 vehículos eléctricos de Bollore Bluecar que llegaron a estar en funcionamiento, y que ahora permanecen abandonados en un descampado a las afueras de Paría ha acaparado las redes sociales francesas que incluyen una imagen dantesca de los pequeños coches eléctricos que, por el momento, no han encontrado comprador.

En 2018 se llegó a hacer una venta de algunas unidades de este modelo eléctrico que tiene un cuerpo de 3,65 metros de largo, impulsado por un motor de 50 kW (68CV) que alcanza una velocidad máxima de 110 km/h. Además, contaba con una batería de polímero de litio con una capacidad de 30 kWh, algo destacable entonces, con la que podía recorrer hasta 250 km con cada carga.

Se trata de un modelo que cuando salió a subasta lo hizo con precios desde los 3.700 euros, lo que sin duda podría ser una buena opción para el que busque una alternativa sencilla a un precio económico para adentrarse en el mundo de la movilidad eléctrica.

Uno de los problemas de este modelo es que, debido a un defecto de diseñ, el gasto residual del sistema en parado es enorme, lo que podría haber sido una de las razones que ha llevado a miles de unidades a ser almacenadas en una finca al aire libre, a la espera de un comprador, lo que ha levantado mucha polémica en la zona, donde algunos vecinos han protestado por el supuesto peligro de drenaje de componentes tóxicos de las baterías.

Desde la empresa propietaria de los vehículos han aclarado que los coches están correctamente almacenados y que se les ha retirado la batería y se han sellado las conexiones, todo en colaboración con el cuerpo de bomberos de la zona, que ha inspeccionado el lugar para dar su visto bueno.

Se trata de una flota de segunda mano que antes o después tendrá que tener salida, algo que la reciente normativa que permite la conversión de vehículos en Francia, podría facilitar para renovar la batería de los vehículos y que puedan volver a la carretera de forma legal, incluso con acceso por parte de los nuevos propietarios a una ayuda pública del estado.

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