Los nuevos materiales con los que investigan para desarrollar baterías de coche eléctrico

Los nuevos materiales con los que investigan para desarrollar baterías de coche eléctrico

Las baterías de litio se han popularizado desde que Whittingham, Goodenough y Akira Yoshino, recientes ganadores del Premio Nobel de Química, se apuntaran en las últimas décadas del siglo XX los méritos respectivos de inventarlas, mejorarlas y hacerlas comercialmente viables. Sin embargo, las baterías diseñadas con este material no están libres de problemas como que el litio es caro, ya que extraerlo es costoso; además de que las baterías que lo usan no son 100 % seguras y contienen elementos tóxicos para el medio ambiente.

Por todos estos motivos, los científicos están buscando alternativas cercanas al litio en la tabla periódica, tales como el sodio o el magnesio. En esta linea, la Universidad de Stanford ha producido una batería de sodio capaz de ofrecer mayor capacidad de almacenamiento de energía y que permite reducir los costes en un 80 % respecto a una de iones de litio equivalente. Tanto el litio como el sodio son elementos químicos del Grupo 1 de la tabla periódica, caracterizados por ser buenos conductores de calor y electricidad, además de por su alta reactividad.

Otros estudios se han centrado últimamente en los metales del Grupo 2 o alcalinotérreos, que son también buenos conductores pero menos reactivos, y entre ellos el que ha merecido más atención es el magnesio. Un equipo de la Universidad de Córdoba (UCO) se ha significado en los últimos años en el desarrollo de baterías post-litio, tarea que entraña especial dificultad cuando éstas emplean iones multivalentes. Además de intentar eludir los correspondientes problemas prácticos, el departamento encabezado por los catedráticos Ricardo Alcántara y Pedro Lavela ha tenido que lidiar con el hecho de que las reacciones químicas de estos nuevos prototipos son más complejas y difíciles de analizar.

Existen numerosos estudios científicos dedicados a crear baterías de azufre o de aluminio, por no hablar de las de electrolito sólido, en las que tantas esperanzas tiene depositadas la industria del automóvil.

Por otra parte, un grupo de investigadores está desarrollando unas baterías a base de cáscaras de almendra, que han demostrado un excelente rendimiento en baterías basadas en azufre. Se conocía el potencial de las cáscaras de almendra como sustituto de los huesos de aceituna y del pellet en estufas y calderas, pero los investigadores cordobeses aseguran que una batería que hiciera uso de ellas podría aumentar un 60 % la autonomía de un vehículo eléctrico estándar.

La tecnología ha sido probada en cargas rápidas con excelentes resultados, por lo que la investigadora principal, Almudena Benítez, ha destacado que se está dando un especial valor a un residuo muy abundante en España, toda vez que, al tratarse de un recurso local de biomasa, no solo se obtiene sin recurrir a compuestos procedentes del petróleo, sino que también puede utilizarse para obtener sistemas de almacenamiento más sostenibles.

Este hallazgo de la UCO no será la única sorpresa que a buen seguro nos tiene preparada en breve plazo la investigación en baterías, aunque solo sea por la ingente cantidad de recursos económicos y humanos dedicados a esta tarea en todo el mundo.

Vídeos

Coches

Motos

Baterias

Estilo de Vida

Tecnología

Instituciones