Acaba de ser lanzado al mercado el Kenguru, el primer coche eléctrico diseñado para las personas en silla de ruedas que fue ideado hace 10 años, pero que había tenido hasta ahora grandes dificultades para encontrar financiación.
Kenguru es una idea de una compañía húngara del mismo nombre, que lleva fabricando vehículos para discapacitados desde 1915. En 2008 presentó este coche eléctrico para personas en silla de ruedas, pero durante 6 años intentó buscar financiación, sin encontrarla, por lo que estuvo a punto de cerrar.
Afortunadamente, en 2014 Comunity Cars, una compañía americana, descubrió este Kenguru Car, y quizás por el pequeño detalle de que su CEO, Stacy Zoern, utiliza silla de ruedas y llevaba años sin poder conducir, decidieron apoyar la fabricación.
Ya se vende en Estados Unidos, y en breve se pondrá a la venta en el Reino Unido.
La principal característica de Kenguru es que puede usarlo una persona en silla de ruedas, sin bajarse de la silla. Se trata de un vehículo eléctrico uniplaza que no tiene asientos. La parte trasera se abre por completo mientras una rampa se despliega automáticamente para que la persona en silla de ruedas pueda introducirse hasta el volante. La silla se acopla al coche y se puede conducir directamente.
Kenguru es, en realidad, un ciclomotor de cuatro ruedas que entra en la categoría de scooter, así que solo se necesita carné de moto para conducirlo.
Posee una batería de 2 KWh que ofrece una autonomía de 48 Km, a una velocidad máxima de 45 km/h; mientras que la batería se recarga en cualquier enchufe en ocho horas. Cuenta con una autonomía de unos 30 kilómetros, luz de frenado, frenada regenerativa y una velocidad de 25 kilómetros por hora.
Existen dos modelos de Kenguru: el B1 es la primera versión, con el manillar de moto y por un precio de 25.000 dólares en Estados Unidos, aunque está sujeto a subvenciones. Un modelo más avanzado, el Z1, sustituye el manillar por un joystick, que exige menos fuerza para girar, y llega con un precio de unos 35.000 dólares.
