El primer modelo 100 % eléctrico de MINI llega al mercado sesenta años después del lanzamiento del modelo original de la marca británica, bajo el nombre de MINI Cooper SE, prometiendo ofrecer todas las cualidades típicas de los MINI pero adaptadas a la movilidad urbana cero emisiones.
El sistema de propulsión del nuevo MINI combina un motor eléctrico de 135 kW ó 184 CV y 270 Nm, con una transmisión de una marcha que envía la fuerza al eje delantero y con una batería de iones de litio de 32,6 kWh ubicada en el suelo del vehículo.
La autonomía, calculada en ciclo WLTP y convertida a NEDC, es de entre 235 y 270 kilómetros, anunciando un consumo de energía homologado de entre 13,2 y 15 kWh/100 km, mientras que la recarga de la batería se puede llevar a cabo a través de un enchufe doméstico, mediante un Wallbox o puntos públicos de recarga y, además, en puntos de carga rápida de hasta 50 kW.
El fabricante destaca que al estar la batería integrada en el suelo del modelo, además de rebajar el centro de gravedad y facilitar una dinámica típica de los modelos, la capacidad del maletero no se ve comprometida, ofreciendo el mismo volumen que el MINI de tres puertas con motores convencionales, con entre 211 y 731 litros.
Anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos, con un 0 a 60 km/h en 3,9 segundos, y una velocidad máxima de 150 km/h; y cabe apuntar que el peso del coche es de 1.365 kilogramos incluidas las baterías, lo que supone únicamente 145 kilogramos adicionales con respecto al MINI de 3 puertas con motor de combustión y transmisión automática Steptronic.
Como otros modelos eléctricos del mercado, el SE ofrece dos niveles de recuperación de energía (seleccionables mediante un mando a la izquierda del botón Start/Stop) que, según la marca, permite la conducción de pedal único, es decir, que evita el uso del pedal del freno en gran medida debido a la capacidad de retención del coche cuando se levanta el pie del acelerador.
El MINI eléctrico mantiene el eje trasero independiente y la dirección electromecánica, pero su centro de gravedad es 30 milímetros más bajo que el del Cooper S. Además, goza de un ESP con una calibración especial debido a la naturaleza de la entrega de potencia de los motores eléctricos, y cuenta con cuatro modos de conducción: Mid, Sport, Green y Green+.
El modelo, basado en el MINI 3 puertas y fabricado en la misma planta de Oxford (Inglaterra), luce una serie de detalles específicos para diferenciarse del resto de hermanos de la gama, como la parrilla delantera cerrada con una línea decorativa en amarillo (también en las carcasas de los retrovisores), el logo 'MINI Electric' en relieve o diversos distintivos de la versión.
La toma de carga, ubicada sobre la rueda trasera, está en el mismo lugar que la boca del depósito de combustible de las versiones con motor térmico. En este caso MINI destaca que los bajos del vehículo están carenados y el alerón trasero tiene un diseño específico para reducir la resistencia aerodinámica.
En el habitáculo no faltan tampoco el cuadro de instrumentos digital con pantalla de 5,5 pulgadas o indicadores específicos como el del nivel de carga de la batería, el modo de conducción seleccionado, el estado de los sistemas de asistencia o la autonomía restante, por ejemplo. El cuadro, además, ofrece información al cargar la batería (como el porcentaje de carga o el tiempo restante) y cambia de color en función del nivel de carga.
De serie equipa un sistema acústico para protección de peatones, faros LED, llantas de aleación ligera de 16 ó 17 pulgadas en diseño específico, climatizador bizona, freno de mano eléctrico, calefacción con bomba de calor o navegador Connected Navigation con servicios conectados, pantalla de 6,5 pulgadas (8,8 pulgadas en opción) y compatible con Apple Car Play.
