Un motor eléctrico tiene grandes ventajas de rendimiento comparado con uno de combustión; por ejemplo, el par motor es instantáneo y siempre tienes la máxima potencia disponible en el acelerador. En cambio, la velocidad máxima suele ser uno de sus puntos débiles, aunque existen maneras de compensarlo.
Volkswagen lo ha demostrado en más de una ocasión con el ID.R, un prototipo eléctrico desarrollado exclusivamente con la velocidad en mente, que ya el año pasado rompió el récord de Pikes Peak, una de las competiciones más duras del año. Ahora ha vuelto a dar que hablar, ya que el Volkswagen ID.R, a los mandos del piloto francés Romain Dumas, ha conseguido batir el récord absoluto de Goodwood, un festival que se lleva celebrando en la localidad inglesa desde hace ya 26 años, y que se ha convertido en una de las citas imprescindibles para los amantes del motor.
Desde 1999, el récord de este trazado estaba en manos de Nick Heidfeld, que hizo 41,60 segundos con un Formula 1 de McLaren, el MP4/13. Y durante años, se pensaba que ese registro nunca se iba a baja, ya que a los Formula 1 se les prohibió participar de manera competitiva por motivos de seguridad.
Muchos lo han intentado y algunos se han quedado cerca, pero ha tenido que venir un coche eléctrico para conseguir vencer al todo poderoso V10 de Mercedes-Benz.
Dumas paró el cronómetro en los 41,18 segundos, una diferencia nimia pero histórica. Estamos hablando de un coche eléctrico que ya es más rápido que un Formula 1 de hace 20 años. Aunque ya ha pasado algo de tiempo, y todo el mundo sabe que un F1 actual sería capaz de destrozar ese crono, se trata de una victoria para los eléctricos que no se olvidará.
Por si fuera poco, al día siguiente el Volkswagen ID.R batió también su propio récord, bajando de la barrera de los 40 segundos y quedándose en 39,9 segundos. Una diferencia más holgada respecto al Formula 1.
