Ikea ha puesto en marcha un plan que supone una clara apuesta por el coche eléctrico, con la pretensión de no quedarse fuera de la transición hacia la electromovilidad, por lo que a medio plazo pretende que todos sus establecimientos estén preparados para afrontar la llegada de este tipo de movilidad.
La compañía llevará a cabo esta apuestta de varias maneras y en diferentes fases. Por un lado a través de sus vehículos de reparto, apostando porque para 2020 todas las entregas a domicilio en ciudades como Amsterdam, Los Ángeles, Nueva York, París o Shanghái se realicen con vehículos eléctricos u otros "medios de cero emisiones".
El siguiente paso culminará en 2025, fecha en la que Ikea espera contar con una red de carga muy amplia. Por el momento, la compañía trabaja para que en 2020, todos sus establecimientos cuenten con varios puntos en los que los clientes que lleguen a comprar en coche eléctrico puedan cargar las baterías mientras están en la tienda.
La compañía sueca demostró su compromiso con el medio ambiente cuando anunció su adhesión al EV100 en 2017, una iniciativa global dirigida a empresas comprometidas con la transición hacia los vehículos eléctricos para el año 2030. "Nos desafiamos a nosotros mismos e inspiramos a otros, ya que solo podemos lograr el cambio que se necesita juntos", ha dicho el CEO de Ikea, Jesper Brodin, que ha añadido que "para nosotros, es crucial hacer crecer nuestro negocio de manera sostenible, es por eso que estamos acelerando la transición a EV".
