The Reborn Light es una iniciativa de la empresa automovilística Nissan, que ha conseguido que las baterías que ya no son útiles para los automóviles se reutilicen y alarguen su vida en proyectos de energía limpia y sostenible.
Cambiar el petróleo por baterías es una necesidad que muchos países ya contemplan desde hace tiempo, mientras que los coches eléctricos son una tendencia en boga que cada día gana más adeptos. Sin embargo, para que este tipo de auto funcione correctamente necesitan que sus acumuladores de energía estén perfectamente cargados. En cuanto pierden parcialmente sus propiedades estas baterías ya no pueden ser usadas para el coche y deben renovarse.
Sin embargo, que ya no sean aptas para la movilidad, no quiere decir que ya no sirvan. A través de esta iniciativa puesta en práctica en la ciudad de Namie, en Fukushima, se ha conseguido que las baterías se reutilicen y alarguen su vida en proyectos de energía limpia y sostenible.
De esta manera, esta población conocida mundialmente por ser devastada por el tsunami y posterior terremoto en zona nuclear, les abre una nueva etapa de vida a través de la instalación de farolas autosuficientes, cuyas baterías proceden de los primeros coches eléctricos, ahora hace ya 10 años.
Durante esta década la potencia de estas baterías se ha ido perdiendo en el tiempo, pero aunque no son aptas para el coche, si permiten alumbrar los espacios públicos de la ciudad abaratando costes, infraestructura y, sobre todo, cuidando el medio ambiente.
Construidas con paneles solares, estás farolas públicas son autosuficientes y no requieren de conexión a la red eléctrica. Toda la energía procede del sol que carga durante las horas diurnas para suministrar luz durante la noche.
De esta manera, aunque la vida útil de las baterías no es infinita, reutilizándolas de esta manera se amortiza su fabricación tanto económicamente como medioambientalmente hablando. Se trata, sin duda de un paso más que nos conduce cada día más cerca a la ciudad inteligente o Smart City.
