Diseñan nuevos protocolos de emergencia contra el riesgo de incendio en las baterías de los coches eléctricos

Diseñan nuevos protocolos de emergencia contra el riesgo de incendio en las baterías de los coches eléctricos

Las baterías de los coches eléctricos necesitan de una serie de protocolos de emergencia, que por el momento no se han actualizado para el caso de accidentes de estos vehículos, que usan baterías de ion-litio, la misma tecnología que encontramos en las baterías de los smartphones, lo que significa que son propensas a explosiones ocasionadas por sobrecalentamiento, o cuando se usan cargadores o voltajes incorrectos.

Esto significa que ante el accidente de un coche eléctrico, no se deberían usar las mismas medidas que se usan en coches de combustión interna, ya que las baterías y la gasolina deben ser tratadas de forma distinta.

En un incendio provocado por el choque de un coche de gasolina, con usar agua o espuma extintora se está quitando el combustible y apagando el fuego; sin embargo, en el caso de los coches eléctricos, las baterías en muchas ocasiones siguen almacenando energía incluso una vez que se ha apagado el fuego, por lo que los actuales protocolos de emergencia no deberían funcionar de la misma manera que en los de gasolina.

Michael Gorin, gerente del programa de tecnologías emergentes en la Asociación Nacional de Protección contra Incendios, ha explicado que tras un accidente, lo primero debe ser identificar el tipo de vehículo, y en caso de que sea eléctrico, saber dónde está la batería, que durante un accidente debe de ser una de las prioridades.

Saber que se trata de un coche eléctrico, también evitaría el riesgo de accidentes en el personal de rescate, ya sea por descargas eléctricas o por movimientos involuntarios en el vehículo, ya que hay que recordar que este tipo de coches son silenciosos y no se sabe cuando aún están en marcha.

Según Gorin, se necesitan más de 9.000 litros de agua para apagar el incendio en una batería de un coche, y una vez apagada, lo mejor es no moverla ni tratar de manipularla, ya que esto ocasionaría que se vuelva a reactivar.

Marca Doeff, experto en baterías del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, explica ene ste sentido que las baterías sólo necesitan el oxigeno del aire y el calor para volver a encenderse, lo que significa que durante un accidente, las celdas de la batería que no están dañadas, aún pueden calentarse y descargar energía almacenada, es decir, provocar un nuevo incendio. Por eso, la recomendación es dejar que se descarguen por completo.

Por su parte, Joshua Lamb, investigador del Laboratorio de Pruebas de Baterías dentro del Sandia National Laboratories, ha explicado que hay proyectos para desarrollar baterías más seguras con menos materiales inflamables, pero esto representaría que no se pueda almacenar mucha energía en ellas, por lo que no cree que lleguen a comercializarse.

A día de hoy, Estados Unidos está implementando un nuevo protocolo de seguridad ante los accidentes de vehículos eléctricos, los cuales se apoyan en muchas de las recomendaciones de los mismos fabricantes.

Se estima que hasta el momento hay 250.000 bomberos capacitados para atender este tipo de emergencias sólo en los Estados Unidos, mientras que el resto de los países donde hay presencia de coches eléctricos, no tienen o no existe este tipo de información.

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