Llega el LSEV, el nuevo coche eléctrico impreso en 3D

Llega el LSEV, el nuevo coche eléctrico impreso en 3D

Las impresoras 3D son capaces de producir cosas como prótesis, armas, muebles, joyas, comida... pero también coches. Al menos es lo que pretenden demostrar los creadores del LSEV, el primer vehículo del mundo fabricado con esta tecnología, promovido por la compañía china Polymaker.

Hasta el momento, este tipo de impresión se ha utilizado para recambios, hasta el punto de que Volkswagen Classic Parts puso en marcha el año pasado un proyecto para crear sus propias piezas de los clásicos del consorcio alemán, fundamentalmente las más difíciles de conseguir. Por su parte, Toyota ha realizado maquetas a escala de sus motores con estas impresoras, mientras Ford y Opel también está trabajando en impresoras 3D para abaratar costes y crear piezas más ligeras.

Pero Polymaker quiere ir un poco más allá con un sistema de producción que permite una más fácil personalización y corrección de errores. De hecho, los clientes deben ponerse de modo directo con la fábrica para hacer sus pedidos.

Cada componente del LSEV se ha creado por separado, pero no todos han sido concebidos con la impresión 3D. Algunos de capital importancia como el chasis han sido realizados con materiales y métodos tradicionales. También el parabrisas, las ventanillas, los asientos y los neumáticos.

Con todo, Polymaker ha conseguido reducir el tiempo, el coste y el número de piezas de su vehículo respecto a uno convencional, con apenas 57 componentes de plástico frente a los 2.000 que puede tener cualquier coche, por lo que defienden el beneficio medioambiental de su producto biplaza, que no sobrepasa los 450 kilos de peso, casi la mitad que un Smart Fortwo, con el que guarda cierto parecido.

En el plano económico, el fabricante dice tener unos costes un 70 % menores que sus rivales, por lo que su precio podría rondar los 8.500 euros, que podrían verse modificados por los extras.

Polymaker ha mostrado un vídeo de prueba en el que también muestra su interior, que es muy sencillo y apenas cuenta con unos cuantos mandos dando la apariencia de un juguete, mientras que la información de los parámetros del coche aparece reflejada en una tablet que se sitúa sobre el volante.

Destaca el hecho de que en la fabricación de este prototipo se han empleado tres días de trabajo, y según la empresa china, el proceso de desarrollo de un automóvil convencional suele ocupar entre 3 y 5 años, mientras que en este ejemplo sólo se emplean entre 3 y 12 meses.

Este nuevo modelo de coche eléctrico está propulsado por un motor eléctrico del que se desconoce la potencia, cuenta con 150 kilómetros de autonomía y alcanza los 70 km/h.

Será presentado en sociedad en el Salón de Pekín, aunque ya se puede ver una unidad en el Museo Cultural de Impresión en 3D de Shangái.

La firma espera poder alcanzar las 500 unidades al año, en su línea de producción, y las primeras entregas están previstas para 2019.

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